Estás en la cocina, listo para una aventura culinaria y de repente notas que tu sartén se tambalea en la encimera. Aunque la probabilidad de que esto ocurra es pequeña, cuando no prestas atención, incluso la mejor sartén puede sufrirlo. Por eso, hablemos de tu compañero de cocina torcido: la sartén deformada. Te preguntas, por supuesto: ¿qué hice mal? ¿Y habría sido posible evitarlo? Lo leerás en este blog.
Aunque rara vez ocurre, incluso un cocinero experimentado puede enfrentarse a una sartén deformada. La sacas del armario y ahí está, tambaleándose en la estufa como si la noche anterior hubiera bebido demasiado. ¿Te pasa esto? ¡Entonces debes prestar mucha atención ahora!
- Usar tu sartén en otra fuente de calor
Mucha gente comete a menudo el error clásico de cambiar de una fuente de calor a otra sin pensar. Un ejemplo conocido es el cambio de cocinar con gas a cocinar con inducción, donde existe el malentendido de que ya no podrías usar tus sartenes antiguas. Este consejo hoy en día no siempre es aplicable. Sin embargo, hay un núcleo de verdad: las sartenes pueden expandirse y abombarse cuando se usan en una llama de gas. Cuando una sartén tiene esta abombamiento, hace que ya no haga buen contacto con la superficie plana de una placa de inducción. - Cocinar a máxima potencia
Cocinar al máximo puede darte la sensación de que estás haciendo un trabajo excepcional en la cocina. Sin embargo, ten cuidado, porque tu sartén puede deformarse más rápido de lo que esperas. Si usas una sartén a máxima temperatura, el material no puede seguir el rápido aumento de temperatura y se deforma. El centro de la sartén se calienta más rápido que el resto, lo que resulta en que la sartén se deforme. - Lavar tu sartén demasiado rápido
Lavar demasiado rápido después de usar tu sartén es como saltar de una sauna caliente a un estanque helado: a tu cuerpo no le gusta, y a tu sartén tampoco. Ese cambio abrupto de temperatura causa lo que llamamos en la cocina un choque térmico. Por lo tanto, es aconsejable dejar que tu sartén se enfríe antes de limpiarla a fondo.
Estás en la cocina cortando ajo con indiferencia, listo para calentar tu sartén y luego notas algo: tu sartén se tambalea como un marinero que ha bebido demasiado. En otras palabras: la sartén está deformada. ¿Cómo lo notas? Cuando viertes agua en ella y el agua se mueve más rápido hacia los lados que tú conduciendo a casa después de un día ocupado. O tal vez ves que tu omelet tiende constantemente hacia un lado de la sartén como si estuviera huyendo de la pimienta. Estas son señales claras de una sartén deformada.

Nadie quiere una sartén deformada. Protege tu sartén contra la deformación con estos consejos útiles:
Consejo 1
Mantente alejado de ese grifo helado y deja que tu sartén se enfríe gradualmente en un salvamanteles o una placa de cocción fría.
Consejo 2
No pongas el calor de tu placa de cocción inmediatamente al máximo. Comienza con una temperatura baja y aumenta gradualmente.
Consejo 3
Asegúrate de una distribución uniforme del calor en toda la base de tu sartén.
En la mayoría de los casos, cocinar con una sartén deformada no lleva a grandes problemas. No necesitas tirar una sartén que esté algo deformada de inmediato. ¿Experimentas problemas, por ejemplo, al cocinar en una placa de inducción? Entonces hay posibilidades de enderezar un poco tu sartén o ajustar la sensibilidad de tu placa de cocción. Si ninguna de estas soluciones ayuda, entonces quizás debas reconocer que tu sartén ha tenido su mejor momento.