¿Buscas un plato cremoso y lleno de sabor? Este gratinado de patatas hecho directamente en la sartén es todo lo que necesitas. Imagina rodajas de patata cocidas suavemente en una salsa cremosa con tomillo y panceta, rematado en el horno hasta obtener una corteza dorada. Comfort food en su máxima expresión – y lo haces todo en una sola sartén.
Ingredientes para el gratinado

1 kilo de patatas (firmes para cocer) | 350 ml de nata líquida | 350 ml de leche | 1 diente de ajo | 2 ramitas de tomillo | 1 cdita de sal | Pimienta negra recién molida | Una pizca de nuez moscada | 50 g de panceta en dados
Pela las patatas, córtalas por la mitad y luego en rodajas finas de unos 3 mm. Así se cocinan de manera uniforme y tienen buena textura.
Coloca la leche, la nata, los dados de panceta, el diente de ajo entero, el tomillo, la sal, la pimienta y la nuez moscada en una sartén grande de hierro fundido. Lleva a ebullición a fuego medio, removiendo regularmente para liberar los aromas.
Añade las rodajas de patata a la salsa y deja cocer a fuego lento durante unos 10 minutos. Remueve con cuidado para que no se peguen y todas las rodajas queden bien cubiertas.
Precalienta el horno a 190 °C (calor superior e inferior). Así estará listo cuando metas la sartén.
Retira el diente de ajo y las ramitas de tomillo. Coloca la sartén entera en el horno precalentado y gratina el gratinado durante unos 30 minutos hasta que la parte superior esté dorada y crujiente, y el interior bien cremoso.
Saca la sartén del horno y deja reposar 5 minutos. Sirve directamente desde la sartén – que cada uno se sirva su porción. Acompaña con un buen trozo de pan rústico y a disfrutar.
Consejo: ¿Quieres aún más costra crujiente? Espolvorea un poco de queso rallado (como Gruyère o Parmesano) por encima antes de hornear. ¡Ideal para amantes del queso!